La importancia de demostrar el afecto
El ser humano no puede llegar a sentirse completamente feliz si no recibe un “te amo” sincero y frecuente. Nadie más apropiado que los padres para decirlo. Cuando lo hacemos ellos se sienten seguros, reforzamos su autoestima y cuidamos su emoción. Algunos padres suelen decir: yo les doy de todo, no le falta nada, pero son incapaces de expresar su afecto con abrazos, caricias, miradas y palabras. Son como analfabeto o paralíticos emocionales, no les sale ni un solo gesto de afecto. Si sólo decidiera casarse y su pareja lo quisiera tal como es, no habría problema, pero tener un hijo es comprometerse a ser mejor persona. Por eso cuando vamos a ser padres debemos aprender qué se debe y qué no se debe hacer con un hijo, porque los errores que cometemos con un niño quedan marcados en su vida para siempre y le costará muchísimo liberarse de esa carga. Si una persona no ha recibido muestras de afecto físicas, difícilmente las aprenderá, es decir si no los abraza, ellos quizás tampoco puedan expresar amor a los hijos que tengan. No afectemos generaciones, revisemos nuestra capacidad de demostrar afecto. Es un placer inigualable abrazar a un hijo y decirle cuánto lo amamos. Es muy doloroso perder a un hijo y no haberle dicho cuánto lo amamos. Dígale con la mirada que lo ama por el simple hecho de haber nacido. Abrace a sus hijos frecuentemente y mientras ellos se dejen. Dígales cuánto los ama, asegúrese de que estén convencidos de su amor incondicional, que no tienen que hacer algo extraordinario para ser amados por usted. Mientras reaprende utilice otros medios: un mail, una canción, una tarjeta. Corrija amorosamente. Entregue amor y buen ejemplo a la humanidad, empezando por sus hijos.
Clr. Adela Cueva Díaz
Counselor Sistémico
Orientadora Familiar
Conciliadora Extrajudicial
Mstr. Ciencias para La Familia