El amor como fuente de libertad
Múltiples teorías psicológicas han comprobado que la falla en la autoridad de los padres genera en los hijos la tendencia a una conducta antisocial. Ésta no empieza con grandes faltas. Inicia con pequeños actos, desde una mentira, un hurto, un golpe, un daño a la propiedad privada. Todas estas acciones deben ser tomadas como “una señal de esperanza” dice Donald Winnicot, psicoanalista y pediatra inglés. Afirma que el niño no sabe lo que le pasa, es un actuar más fuerte que su deseo. Estos actos vienen de adentro del niño, de su inconciente. Cuando un niño sufre desamparo emocional, intelectual, espiritual, psicológico o físico siente rabia y aunque ama a sus padres también los odia porque los niños saben de lo que han sido privados. Portarse mal es un pedido de ayuda, es una solicitud de presencia de parte de los padres. Su necesidad, no es un parendizaje cultural, ni producto de la naturaleza, aunque tiene de ambos. Es parte del gran diseño de Dios: padre y madre son los creadores de una nueva vida, eso no ha sido modificado en toda la eternidad ¿Es libre un niño desamparado? No heredamos conocimientos, ni habilidades. El niño nace sin poder valerse por sí solo, siempre necesita a otros para sobrevivir, al menos unos cuantos AÑOS. Son los años que se necesitan para que los padres formen su estructura psíquica matriz. ¿no es maravilloso? Los nuevos padres tienen la más importante oportunidad de corregir los defectos que tan claramente han detectado en sus respectivos padres y entonces ¿porqué la paternidad no mejora? Porque intentamos ser padres sin mayor información.
Fotografía: Winnicott’s banquet of 1966 / OUPblog – Oxford University Press
Clr. Adela Cueva Díaz
Counselor Sistémico
Orientadora Familiar
Conciliadora Extrajudicial
Mstr. Ciencias para La Familia