Adela Cueva Díaz

Consultoría Psicológica – Psicoterapeuta Familiar Sistémico – Coach

Boletín 14

Investigando el mal humor de mi niño

Los niños demuestran su mal humor frunciendo el seño, contestando mal, o haciendo caso omiso cuando les hablamos. No significa necesariamente falta de atención de parte de los padres, sólo necesitan una contención más fuerte. Mientras van creciendo se modifican sus hábitos y sus límites; la frustración también se convierte en un motivo del mal humor, porque aún no saben canalizar su decepción; y si no hay un adulto capacitado que lo guíe en su experiencia quizás se quede enojado. Parafraseando a Gabriel García Márquez, el mal humor también se aprende. Revise si no está dando ejemplos de mal humor, sin querer. La permisividad de los padres a quienes le parece gracioso el mal humor de sus hijos contribuye al arraigamiento de esta conducta.

También se relaciona con la falta de descanso efectivo, pues los niños suelen tener el mal humor cuando se levantan. Cabe recordar que deben dormir diez horas. Para investigar se recomienda que si el niño va al nido o colegio, usted y él participen en una actividad que lo ponga receptivo y luego pregúntele por sus amigos o su profesora.
Otros niños son sensibles a la cafeína, darles gaseosas, chocolates, te o café cinco horas antes de dormir puede ser contraproducente. Observe a su hijo, estoy segura que encontrará el “dispositivo” que le despierta el mal humor y podrá ayudarlo a erradicar esa inadecuada manera de enfrentar sus experiencias.

Clr. Adela Cueva Díaz
Counselor Sistémico
Orientadora Familiar
Conciliadora Extrajudicial
Mstr. Ciencias para La Familia

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